domingo, marzo 21, 2010

Post terremoto.


Inevitablemente nuestras vidas han cambiado.
He pensado si las cosas volverán a la normalidad, pero siento que estamos parados en la nada que intenta armar un futuro.
Es así como también siento que se reconstruye mi vida.

Después del terremoto (que ni sentí) vinieron las replicas en mi vida.
Comencé a sentir mucho miedo, muchas noches no pude dormir tranquila. Me despertaba y sentía la necesidad imperiosa de no dormir sola incluso pensé en ir a dormir donde mi mamá o mis hermanos.

Me sentía triste, mi ánimo estaba por el piso, no tenía ganas de trabajar ¿ y quién tenía ganas de ir a poner sonrisas en dónde no las habían? veía que mi dolor era inmesamente pequeño comparado con el de otras personas y me sentí tan inútil, no podía hacer mucho desde acá. Para calmarme doné todo lo que estuvo a mi alcance y aún así no fue suficiente.

Tuve ganas de contactarme con todos, necesitaba saber como estaban y me hizo inmesamente feliz notar la preocupación de mucha gente con la que no hablaba hace tiempo, quedamos de juntarnos, de vernos y parece que en realidad son realmente sanadores los abrazos que nacen del alma. Los que no nacieron también era el momento de perdonarlos y enterralos en el pasado.

Viví llena de angustia, sentía el clásico "nudo en la garganta" quería salir, hacer cosas nuevas, tratar de regalarle sonrisas a mi gente y estar ahí para ellos, aunque ello significara tragarme este asquero miedo.

Se me comenzó a caer el pelo más de lo normal y como esto ya lo viví en otra época de mi vida, sabía que era síntoma del stres. Así también comenzaron a agudizarse mis dolores al colon.

Pensé mucho en las noches ¿qué no estará diciendo la madre tierra? estamos recibiendo devuelta todo el mal que hemos hechos y nuevamente me sentí pésimo ya que no hay mucho que hacer así como vamos.

No tengo miedo a sentirme finita, a morir o no saber que es lo que me queda de vida.
Tengo miedo a no morir satisfecha, sin a verme quedado guardada ninguna palabra de las cual quería expresar o decir y es que a veces es difícil ir de honesto por la vida sobre todo yo que le tengo terror al rechazo, pero esto me a fortalecido a hablar más a botas mis penas, a tomar las decisiones que simplemente me hagan más feliz, a quedarme con la gente que me quiere en su vida y a expresarles lo mucho que yo también quiero que estén en lo que queda de la mía.

inevitablemente mi vida cambió, les puedo decir que mis prioridades son muy distintas a las de hace un mes atrás y estás palabras han sido infinitamente sanadoras.


(Gracias a quien lo lean, los quiero mucho)